C.P SAN MIGUEL – PLASENCIA «SANCHEZDELACRUZ» 3 – 3 EXTREMADURA FEMENINO «B» F.C
Garra Azulona: Empate de Infarto en un Partido de Locura
El estadio vibraba con una intensidad inigualable desde el primer minuto, y el duelo entre el San Miguel y el Extremadura no decepcionó. Fue un partido marcado por emociones constantes, un ir y venir de goles que dejó a los aficionados sin aliento. Al final, el marcador reflejó un empate a 3, pero lo vivido en el terreno de juego fue mucho más que eso.
Primera parte: Goles y desconcierto
No hubo tiempo para la calma. Apenas corría el minuto 2 cuando el Extremadura golpeó primero, sorprendiendo a una defensa azulona aún fría. Sin embargo, la reacción fue inmediata: Amanda, con temple y calidad, devolvió la igualdad al marcador en el minuto 3. La euforia se desató en la grada, pero los siguientes minutos fueron de desconcierto para el San Miguel. La presión rival se sintió, y el Extremadura volvió a adelantarse en el minuto 4, castigando un inicio dubitativo.
A pesar de las dificultades, el equipo mostró su garra y fue recuperando el control. Fue en el minuto 31 cuando Luchi, con un remate certero, puso el 2-2 que devolvió la esperanza. Así se llegó al descanso, con un marcador que reflejaba la intensidad de un encuentro abierto.
Segunda parte: Un desenlace de locos
La reanudación no hizo más que aumentar el dramatismo. El Extremadura, implacable, encontró de nuevo la ventaja en el minuto 64, dejando al San Miguel contra las cuerdas. Pero las azulonas no estaban dispuestas a ceder. Apenas seis minutos después, otra vez Luchi, en una muestra de instinto goleador, firmó el 3-3 tras una jugada rápida y precisa.
Cuando el partido parecía inclinarse a favor del Extremadura, un giro inesperado: en el minuto 79, una de sus jugadoras vio la tarjeta roja, dejando a las visitantes con diez. El San Miguel apretó el acelerador y, con superioridad numérica, arrinconó al rival en busca del gol de la victoria. En la última jugada del encuentro, la oportunidad estuvo ahí, pero faltó un poco de fe, ese último empuje que habría sellado una remontada épica.
Conclusión: Un empate que sabe a lucha
El 3-3 final deja un sabor agridulce. El San Miguel mostró carácter y nunca se rindió, pero también hubo momentos de desconcierto que complicaron el partido. Sin embargo, la garra azulona quedó más que patente, y el equipo dejó claro que tiene los argumentos para pelear cada balón y cada punto.
Los aficionados se marcharon con la certeza de haber presenciado un gran espectáculo, un partido de esos que hacen que el fútbol sea mucho más que un deporte. ¡La temporada promete emociones fuertes!